¡No me hables, el cabrón me lleva por la calle de la amargura! Y encima está fuerte como un roble, ni siquiera me da un pretexto para empaquetarlo y acabar con todo el barullo de la extradición. Pero no te preocupes, ya se me ocurrirá algo… En esa época, surgieron en Estados Unidos las prendas de moda de confección, unas prendas estandarizadas que, frente a las hechas a medida, permitían abaratar los costes, un concepto lanzado en 1928 por Hattie Carnegie.
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