Me arruina el día, le hago un favor, atravieso Londres con un paquete que podría tener una bomba dentro, y ahora andamos con prisas, sin tiempo ni para comer. Algunos puestos tienen asignado número, aunque a Andy le resulta imposible encontrar una sucesión lógica, el 37 aparece al lado del 211, el 48 junto al 339. Afortundamente los números son los mismos en chino que en inglés, y escribe en un papel 126. Le indican por señas que suba a la segunda planta del mercado, y allí identifica un chiringuito más moderno que los demás, iluminado con luces de neón y rodeado de una cristalera, tras la cual se distinguen varios locutorios telefónicos.
