El modisto maliense Chris Seydou, que trabajó un tiempo en París, adaptó el tejido bògòlanfini a prendas de corte europeo. Sabe que no obtendría respuesta. Por lo general, el hombre llevaba dos túnicas: una fina de hilo a modo de camisa, llamada brial, y otra de lana más larga, de mangas estrechas y ceñida con un cinturón de cuero; además, llevaba calzones y una capa.