Con el paso del tiempo, el estadio se convirtió en uno de los históricos no solo de la ciudad sino del país, camiseta del barça y pasó a ser propiedad del club en los años cincuenta. Una cantidad que no ha evitado las largas colas aficionados para hacerse con un ejemplar o que en la web del club parisino ya se puedan leer carteles que invitan a correr para adquirirla. Si de algo puede presumir uno de los denominados clubes ‘estado’ es de poderío económico por lo que la llegada del exjugador del Barça no hace sino reforzar una posición privilegiada mientras el club catalán, ahogado por las deudas y con el límite salarial desbordado, está haciendo malabarismos para inscribir a los nuevos fichajes.
