Otro método, intermedio entre el afieltrado y la tejeduría, consistía en cortar tiras de corteza -sobre todo de higuera o morera- que, una vez remojadas, se colocaban en tres capas -la central a contraveta- y se golpeaban con un mazo; una vez unidas las hebras se les aplicaba una capa de aceite. Los bordados son labores en relieve realizadas con aguja sobre tejidos ya confeccionados.